El Pentágono está buscando al responsable de la filtración de los "trapos sucios" de la guerra de Afganistán.

Julian Assange es la cara de Wikileaks visible, la página web que se ha convertido en la referencia del periodismo de investigación.

La gigantesca filtración sobre la guerra en Afganistán, no es la primera, también su denuncia sobre el asesinato de un periodista y varios civiles en Bagdad, por parte de las tropas estadounidenses, dió la vuelta al mundo.

El ataque se emitió gracias a un soldado de 22 años, que ocultó el cd en una funda de Lady Gaga.  En otra ocasión Wikileaks también removió las conciencias de la sociedad británica, al revelar la lista secreta de los simpatizantes del partido ultraderechista y emocionó al publicar miles de mensajes enviados a los Estados Unidos el 11 de Septiembre.


La web está especializada en documentos confidenciales. Informes de los servicios de inteligencia, reuniones secretas, datos militares, son colgados en internet, bajo un principio; anonimato absoluto a sus fuentes.
El equipo suprime los datos que puedan poner en peligro a sus topos y de hecho, en los llamados diarios afganos, faltan 15.000 foleos, que Wikileaks guarda celosamente.

Antes de publicar la información, es verificada, primero por ellos, después por los periodicos o agencias con los que se ponen en contacto, que son siempre publicaciones con prestigio. Su fin, dicen, es remover las conciencias, pero para el Pentágono, sin embargo, representa una amenaza, que pueden leer millones de personas.